3/30/2022

69-Posiciones encontradas.

 
Que exista una temporada de relax y pocas dificultades, es para Ichinén algo que lo hace desconfiar. En especial si habían emprendido un viaje, las dificultades son algo habitual al emprender una travesía. Viajando con una multitud como la que lo seguía, debían darse muchas otras posibilidades de que surgieran obstáculos. Pero no fue así para nada. El camino a la capital fue tan tranquilo, sin incidentes ni accidentes, y hasta el más desconfiado se relajaba. Entrando en la capital de Mira, no hubo cuestionamientos, ni aun ante tan concurrida comitiva. Bastó con decir que era el duque de Menkalinam para que lo dejaran pasar, algo que no creyó fuera a ser tan simple, pero así fue.
El palacio central de Mira estaba siendo asediado por un gran ejército, venido de todos los rincones del reino.
-Quien está al mando es el duque de Nascira.-le informo un soldado al duque Ichinén, vecino de la tierra mencionada.
Cuando lo llevaron ante el jefe del ejército, fue recibido con gran alegría, como a alguien muy esperado. Después de toda la fama nefasta que el marqués de Alstroemeria le había hecho, esperaba un recibimiento frío como en Caerleon. No esperaba ser recibido como un viejo amigo.
-La situación es delicada, la reina se encuentra secuestrada en palacio por la condesa de Mirzam. Está intentando un golpe de estado y estamos agotando las vías diplomáticas. Ya casi hemos decidido entrar por la fuerza, pero nos arriesgamos a que la reina Lara resulte herida.-
Según luego se enteró Ichinén, la reina que él había conocido y de quien había sido guardián real había fallecido poco después de la batalla que lo llevó al infierno. En la línea de sucesión de Azaláys había algunos huecos aunque no tantos como en el caso de Mitjaval, la cuestión se decantó por esta niña que era una noble de Mira, la capital azalayana.
-Quisiera ver si esto puede tener una solución diplomática. Pero previendo un posible conflicto armado. Déjenme intentar un dialogo, si fracasa entramos con todo.-propuso el guerrero, no queriendo precipitarse a una lucha de la que no sabía nada. 
El plan para Ichinén era algo simple, iba a intentar entrar solo con Teban. Nadie desconfiaría de alguien entrando con un gato, si el dialogo no funcionaba, Teban tenía previsto por donde pasar y volver para entrar al menos un soldado con un arma para Ichinén. 
El plan fue aprobado, una escasa comitiva lo escoltó hasta la entrada al palacio.
-Quien vive?-se oyó una voz masculina del interior del edificio.
-Soy el duque de Menkalinam, quiero parlamentar con la condesa, para llegar a un arreglo pacífico de este conflicto.-
Durante un corto tiempo, no obtuvieron respuesta.
-Acérquese solo y desarmado.-
Teban se hacía el gato disimulado como que era un animal autóctono y distraídamente caminaba por el lugar.
-Y sin el gato!-se sintió decir a la misma voz.
Ichinén lo miró y simuló que lo ahuyentaba. ¿Cómo sabían que el gato era crucial para el plan o que algo podía hacer? Ya todo estaba en manos de la diplomacia, si eso fracasaba, poco podía hacer. Caminó como si todo estuviera dentro de lo esperado, no tenía que mostrarse inquieto o notarían que sus elucubraciones se le estaban yendo de las manos. Elintari y algunos otros observaban desde lejos y se comían los codos de los nervios.
La puerta se abrió y le franquearon el paso al duque. Al entrar Ichinén, se encontró rodeado por un batallón entero, apuntándolo con lanzas. Uno le indicó con una seña por donde debían ir. Al entrar, a otro salón vio varias familias como si estuvieran asustadas del intruso, más de lo que él temía al estar desarmado. La reina Lara se hallaba sentada en el salón del trono. Ichinén no la conoció, pero se guió por las señas que le habían dado antes de entrar. La reina niña Lara, muy joven para su reinado, según algunas malas lenguas. Y además, si cabía alguna duda, un soldado la descartó por completo.
-El duque de Menkalinam, que viene a parlamentar, mi reina.-
¿Qué clase de golpe de estado era ese? ¿Con la reina aun en su trono y la conspiradora sin mostrar el rostro? Algo muy peculiar evidentemente estaba ocurriendo allí.
-Mi nombre es Ichinén, duque de Menkalinam, su majestad.  He venido a parlamentar con la conspiradora y proteger a la soberana de Azaláys.-
-Creo que se encuentra confundido, milord duque.-le respondió la reina en un tono tan firme que no daba cuenta de su corta edad.-No necesito protección de los que se encuentran fuera de este palacio. Y acá dentro no están los conspiradores, sino fuera.-
Una voz habló por detrás de Ichinén y eso lo sobresaltó, al primer segundo no la reconoció.
-Además, la verdadera soberana de Azaláys tiene toda la protección que necesita aquí mismo.-
El guerrero estaba girando sobre su cadera para plantarse ante quien había hablado, pero se frenó de sorpresa en mitad del movimiento.
-Victoria!-exclamó sin pensar, debido al asombro.
-Milord duque, le presentó a la condesa de Mirzam.-acotó la soberana.-Victoria Flusskraft.-

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