6/10/2004

2-El infierno

(Este relato esta basado en un sueño, las incoherencias arguméntales son originales del sueño mismo.)
Fue sin previo aviso, pero era un camino esperado. El joven había llevado una ruta peligrosa, no podía esperarse otro destino final. El lugar donde cayó, el infierno. Poco se sabe de el joven, más allá de su nombre. Quizás era otro su nombre antes de su pasaje por el infierno, como dicen algunas versiones. Pero si así era, se perdió en las brumas del tiempo y la leyenda. Su origen esta teñido de un fuerte carácter mítico y enigmático. Lo poco que la leyenda relata es que iba caminando con alguien, totalmente inocentes y sin sospechar ningún peligro. Se habían alejado de su hogar, aunque no por mucho. El suelo tembló y su acompañante escapo, empujando al joven a la tierra. Al quedar solo, aun arrodillado sobre el terreno, vio como el suelo se hundía. Cayo, por incontable distancia y tiempo. Cuando despertó, se encontró con un paisaje desolador. Estaba en el fondo del infierno, como sus antecesores le habían relatado que era. En ese lugar, la tierra era azabache y el cielo escarlata. Densas nubes sepia cubrían el cielo, el aire era pesado y difícil de respirar. Pero lo peor era el efecto que tenia sobre el ese lugar. Pesar, solo pesar. Una eterna tristeza, no estaba con ella, como si la alegría hubiera desaparecido del mundo, como si nunca más fuera a poder ser feliz. Solo sentía un sufrimiento profundo, nada mas cabía en su pecho. Trato de moverse, algo que le era muy dificultoso, y llegar a unas ruinas cercanas que allí había. Ahí paso las dos primeras semanas, en las ruinas con su vida en igual condición. Una noche, no se precisa cuando, se encontró perseguido por los demonios nativos. Corrió como desesperado, mientras estos monstruos reían ante esa presa fácil que se les había escapado durante tantos años. El corría, sabiendo que ellos lo aniquilarían. Las dos primeras noches, por decirlo de alguna manera, fueron las peores. En ese lugar siempre estaba oscuro, no se distinguía el día de la noche. Una semana mas tarde a la aparición de los demonios, camino por el infierno llorando a más no poder.Sabía que los demonios no lo matarían, solo lo harían sufrir para divertirse. Rogó a todo ser superior existente para que enviara un rayo que lo aniquilara.
Cuando estaba a punto de dormirse bajo un árbol seco, apareció el viejo. Este le sonrió, saludándolo. El joven no hizo otra cosa que insultarlo. Por que no le prestaba ayuda? A lo que el viejo le recordó las ocasiones en que el joven estuvo en peligro o cualquier otro problema. Quien creía que lo había ayudado? Hablaron por largo tiempo, de temas que nadie puede precisar. Pero, según cuentan algunos relatos, se hablo de una misión y sellaron un pacto. El viejo le hablo así:

-Debes enfrentar a estos demonios, no son otros que los tuyos, no podés seguir escapándoles.-
El joven asintió con la cabeza y el viejo partió diciéndole:

-Nunca vas a estar solo, ya nos veremos. Adiós Ichinén.-

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