3/30/2017

43-Ichinén y la frontera final.

Bitácora del capitán, fecha estelar 184197.7
Nos dirigimos al sistema  Tatsunokuchi en respuesta a un pedido de ayuda de la “SGI-1282 Kobayashi”. Han detectado una anomalía sísmica en el planeta, cuyo epicentro parece ser una formación rocosa en una región deshabitada de esa colonia. Estamos en curso directo para arribar lo antes posible y asistirlos para solucionar la anomalía, o prestar ayuda para la evacuación, si ese es el caso. Ante esta posible contingencia, hemos retransmitido el pedido de ayuda a cualquier nave de la flota que se encuentre en las inmediaciones. Estamos llegando en estos momentos a la colonia, a velocidad de medio impulso.

El capitán salió de su oficina y entró al puente, dirigiéndose al primer oficial, un hombre joven con cabello rubio.
-Número uno, reporte.-
-Estamos sobre el sistema Tatsunokuchi, capitán. Con los sensores de la nave, hemos podido detectar las conmociones sísmicas que afectan al planeta.-
-¿Origen?-inquirió el capitán.
-Desconocido. Sigo recabando datos, pero sabemos quizás tanto como los colonos en la superficie.-
-Timonel, establezca una órbita baja para poder monitorear los temblores. Necesitamos encontrar el epicentro de esa actividad sísmica que está afectando a la colonia.-
-Si, capitán.-respondió la joven que manejaba los mandos de la nave, propiamente dichos.
El capitán se giró a la oficial de comunicaciones.
-Teniente Hesse, establezca un canal con la colonia.-
-Canal abierto, capitán.-respondió la teniente al lograr el enlace, apenas unos segundos después.
-Este es el capitán Ichinén de la SGI-Daimoku, venimos en respuesta a su pedido de ayuda.-
La pantalla de observación cambió la imagen del planeta por la de un hombre de mediana edad, con lo que parecía un
-Saludos capitán, soy el director Bloom de la colonia…-
El hombre quedó mudo al mirarlo en la pantalla. El capitán temió que le hubiera dado algo, como un ataque o similar, pero solo era desconcierto. El director balbuceó algunas cosas inentendibles, miró a su costado fuera del campo visual de la pantalla y se puso a debatir con alguien que no se veía. El capitán Ichinén lo llamó, para que se explicara.
-Disculpe capitán, pero no sé como explicarle esto, el epicentro de los temblores es como un portal... Y en él… Bueno, lo mejor será que baje y lo vea.-
-¿A qué se refiere?-
-No sabría como explicárselo.-
-Inténtelo.-
El hombre se pasó la mano por el mentón y la lengua por los labios.
-Es que… Usted es el que está allí.-
El entrenamiento de un capitán de la Flota implica que se esté listo para cualquier situación y que poco o nada lo sorprenda. En su carrera, varias circunstancias lo estuvieron a punto de asombrar.
-Numero uno… ¿Tenemos visual?-solicitó a su primer oficial.
El mencionado puso la imagen que podían conseguir de las sondas. El portal se veía, y también el chisporroteo que despedía. La tierra alrededor se removía y temblaba.
-Magnifique.-ordenó el capitán, para cuando la pantalla se enfocó, estuvo verdaderamente sorprendido.-Hay unas criaturas allí abajo, animales. ¿Esos son… gatos?-
-No son nuestros, capitán.-informó el director, aun en línea.
Delante del portal había dos animales, felinos domésticos como los llamaban desde antaño. La imagen de esos dos animales era lo que menos podía esperar el capitán de una nave estelar. Había sabido de oficiales que los llevaban en su nave como mascotas, de colonos que los trasladaban junto con ellos para combatir las plagas de roedores en otros planetas; pero dos animales que estuvieran ya en el planeta y no pertenecieran a los habitantes, eso era algo inverosímil por completo.
-Lo más desconcertante no es eso. Miré dentro del margen del horizonte que tiene el portal.-indicó Bloom, solo en audio.
El capitán miraba el lugar del portal abierto, y del otro lado, como si viera por un espejo celestino algo percudido, había una persona o más de una. El que primero vio o el que más distinguía era un hombre, que al girarse un poco lo distinguió bien. Era él mismo, o alguien muy parecido. Allí dentro había un doble suyo.
-¿Qué clase de locura es esta?-exclamó casi para sí mismo.
Sin pensárselo, viendo que la situación no variaba en la superficie, se levantó de su asiento.
-Timonel, tiene el puente. Voy a la sala de transportador.-
La teletransportación y el encuentro en persona con Bloom le tomó menos tiempo que vestirse esa mañana. Dirigirse al epicentro, donde se encontraba ese portal con su imagen, apenas demoró un tanto más de tiempo.
Se aproximaron con cautela, pero el capitán Ichinén no pudo menos que sentirse atraído hasta el portal resplandeciente y los dos animales. Al llegar, y no viendo ningún peligro, se aproximó a la mole de piedra que parecía un espejo irreal. Uno de los gatos, entre gris y blanco, se le acercó.
-Alférez, indíqueme las lecturas extrañas que le vaya dando su tricorder.-ordenó el capitán, pero se frenó al ver que era observado atentamente por el felino, desde su sitio en suelo.
-Ichinén, o algo parecido, presumo.-expresó el animal, apenas moviendo el labio dividido, junto con la quijada inferior.
El sobresalto del mencionado capitán no fue acompañado por el resto de su tripulación, pero si por el director Bloom.
-El gato! Le ha hablado!-
-No estoy alucinando, usted también lo oyó.-
-Bueno, al menos dos humanos con algo de sensibilidad, no tan pétrea como los que siempre tratamos. ¿No te parece?-acotó el felino, dirigiéndose a su congénere.
-Si, al menos, podremos explicarnos correctamente.-repuso la compañera, que por el tono de su maullido hablado, descubrieron que era una gata.
Explicar para el gato toda esa situación fue una larga hora. Relatar como se habían encontrado con su compañero, el guerrero Ichinén. Que este era su versión de otro mundo, algo que para el capitán Ichinén no sonaba tan descabellado, ya que había estudiado mecánica cuántica como materia optativa en la Academia de la Flota. Cuando llegaron a la parte en que temían una trampa de Rokuten para impedirles el paso, tuvo que contar algo de su último encuentro. Al mencionar a los Nagas, el capitán de la flota dio un respingo. Conforme iban explicando los felinos, la desopilante historia iba cobrando sentido, al menos dos oían lo mismo y no era una invención de su mente. Según los sensores del Tricorder, los felinos hablaban en una frecuencia que no cualquier oído podía percibir. Ningún sonido provenía así mismo del otro lado del portal. Donde una mujer y su “reflejo”, permanecían expectantes, algo alejados de la entrada en ese otro mundo. El capitán Ichinén con su clásico carácter resolutivo, extrajo su comunicador del bolsillo.
-Daimoku, aquí el capitán.-
-Diga, señor.-
-Necesito que el señor Malcom intente un transporte de emergencia a través de este portal. Según nuestros nuevos amigos de cuatro patas, transportar a las dos personas al otro lado, lo cerrara de forma natural. En caso de fallar, prepare un par de torpedos para ser detonados en superficie.-
-Si, capitán.-
El señor Malcom era el jefe de transportadores, al momento se puso en contacto. Tuvo que hacer varios ajustes que tomaron un par de minutos, algo agónicos, ya que los temblores se acrecentaban como si fueran las contracciones de un parto.
-Lo tengo en la fase que corresponde, capitán.-
-Transpórtelos cuando esté listo, señor Malcom.-
El felino macho llamó al otro lado del portal, para que los dos humanos se acercaran al borde del horizonte eventual. Las dos figuras humanas se frenaron al sentirse extraños. El transportador de materia los estaba trasladando de un mundo al otro. La imagen comenzó a formarse de su lado del universo, pero parecía querer desvanecerse.
-Los está perdiendo, señor Malcom.-observó el capitán por el comunicador al jefe de transportación.-Amplifique el haz de flujo de la energía, no se forman cohesionadamente.-
-Utilizaré el condensador, capitán. Compensando.-se oyó decir al señor Malcom, mientras manipulaba controles y apretaba cuanta tecla podía para lograr su cometido.
Lo que fuera que estuviera haciendo, se descubrió como acertada, ya que las dos formas lograron total integridad y forma. Al menos la que tenían hasta entonces.
-Uff. Por poco y se vuelven polvo de estrellas, amigos.-exclamó la gata a sus compañeros humanos.
El portal se cerró o más bien se diluyó, como bien esperaba Teban, el felino guía.
El capitán se acercó, intrigado por su doble de otro universo o plano de la realidad, algo que apenas había escuchado en lecciones de la Academia. Referencias vagas sobre un espejo o una realidad opuesta a la que vivían. Esto era algo completamente distinto.
-Ichinén, te presento a Ichinén.-manifestó el felino, algo divertido.-Eso estuvo muy loco. ¿No es así?-
-¿Te parece momento para jugar?-le expresó la mujer, que ahora descubrió su rostro al echarse la capucha a la espalda.
El capitán Ichinén abrió grandes los ojos y quedó mudo, hecho que solo fue notado por su contraparte, amigo de esta. El guerrero Ichinén, se vio reflejado en esos gestos y reacciones. Algo que era muy diferente a su realidad, pero a la vez demasiado similar para su gusto. Hechas las presentaciones, el capitán no dejaba de ver a Victoria con cierta curiosidad. Y el guerrero Ichinén no dejaba de vigilar a este con cierta sospecha.
-Al menos, los temblores cesaron.-comentó el director Bloom, aliviado de que la colonia no peligrara.
Como si quisiera contradecirlo, el pitido de un comunicador intervino en la conversación. El capitán Ichinén abrió su aparato.
-Capitán, será mejor que regresen a bordo, estoy detectando que se aproximan al menos tres naves.-se oyó decir al primer oficial.
-¿Alguna identificación hasta ahora, señor Maverick?-
-No estoy seguro, señor. Pero creo que podrían ser Nagas.-
Esto pareció alarmar a los cuatro visitantes.
-Nagas!-soltó Victoria con furia.-Esos reptiles siempre son malos en cualquier mundo. No me fio de lo que vengan a hacer.-
-No puede confiar en que casualmente estén llegando, capitán, deben estar siguiendo los dictados de su amo Rokuten.-explicó el felino, saltando sobre una roca para estar más cerca.
-Subamos a la nave y veremos que intenciones se traen.-ratificó el capitán Ichinén.-Señor Malcom, transpórtenos a todos a bordo, excepto al director Bloom. Cuando esté listo.-
Victoria, Ichinén y los gatos; experimentaron como sus partículas eran divididas y trasladadas por el espacio hasta la nave. Para los gatos era algo nuevo, para los dos humanos apenas. Aunque para ninguno fue tranquilizador.
Ichinén miró en derredor, casi como si no creyera a sus ojos. El lugar era como nada que había visto antes.
-Es como un barco, pero totalmente cerrado, ya que viaja por el vacío del espacio.-explicó la gata, en tren didáctico.
-¿Cómo el barco Ku?-inquirió Victoria.
-No exactamente.-negó Teban.-Ese barco pertenecía al mundo de la latencia universal, más relacionado con los muertos que con los vivos. Si quieres seguir vivo en el espacio, se debe viajar en estos vehículos herméticos. O nadie te va a oir gritar, pidiendo socorro.-
Siguieron al capitán hasta el puente, los visitantes no podían creer cada nueva maravilla que veían. Ichinén, el guerrero, se encontró desconcertado al ver a Maverick vestido con el mismo uniforme que su doble, hablando a lo que parecía un espejo o pantalla como las que Bonten le mostró en la Luna. Era la versión de su amigo en ese mundo, claramente. En esta especie de pantalla de comunicación, se veía a un Naga, que para volver todo más extraño, estaba vestido. Los Nagas son reptiles y seres muy bajos, por lo que vestirse no entra en sus hábitos y costumbres.
-Reporte.-expresó el capitán en forma contundente.
Con una seña en su cuello, el primer oficial le indicó a la oficial de comunicaciones que enmudeciera la transmisión.
-Tres naves acaban de entrar en órbita, todas son Nagas. Están amenazando con abrir fuego, nos están apuntando a nosotros y a la Kobayashi, a menos que entreguemos nuestra “nueva arma”. No tengo idea a que se refieren.-
El capitán Ichinén le indicó con un gesto a su primer oficial que él retomaría la charla. La teniente Hesse habilitó el audio nuevamente a la seña del capitán.
-Bien, capitán Ichinén, nos vemos de nuevo.-
-Un gusto, como siempre, Shesha.-
-Espero que esta vez, no lleguemos a tener que dispararnos. Entregue la nueva arma que están desarrollando en esa colonia y nos iremos como vinimos.-
-No tengo idea de que está hablando, capitán Shesha.-
-No me tome por tonto, capitán Ichinén. El dispositivo sísmico que registramos desde lejos.-
-Debió ser fuerte para que lo detectaran desde su mundo. ¿O es que acaso nos vigilaban?-
-Como fuera, el arma debe ser nuestra.-
-Lamento que haya hecho tanto camino en vano, Shesha. No existe tal arma, solo era un portal de otro plano que se manifestó en la superficie de Tatsunokuchi y que causaba los temblores.-
-No me tome por tonto, Ichinén.-
-El arma que busca no existe. Y de existir, no creo que debiera entregársela. Ya que supuestamente nos pertenecería.-
-Demasiado peligro que un enemigo del imperio Naga tenga un arma de esa magnitud.-
-No la tenemos, se lo aseguro…-
-¿Lo quiere de la forma difícil? Así se hará, Ichinén.-
El capitán Naga cortó el enlace abruptamente, y la imagen cambió al espacio y tres naves que al guerrero Ichinén se le hicieron repulsivas. No había duda que eran de los Nagas.
-Están alzando escudos, capitán.-informó el timonel con tono extremadamente alarmado.
El capitán no se tomó ni un segundo en responder, tal decisión impresionó incluso al propio Ichinén, al guerrero, claro.
-Escudos arriba! Todos a sus puestos de combate!-