Bitácora
del capitán, fecha estelar 184197.7
Nos
dirigimos al sistema Tatsunokuchi en
respuesta a un pedido de ayuda de la “SGI-1282 Kobayashi”. Han detectado una
anomalía sísmica en el planeta, cuyo epicentro parece ser una formación rocosa
en una región deshabitada de esa colonia. Estamos en curso directo para arribar
lo antes posible y asistirlos para solucionar la anomalía, o prestar ayuda para
la evacuación, si ese es el caso. Ante esta posible contingencia, hemos
retransmitido el pedido de ayuda a cualquier nave de la flota que se encuentre
en las inmediaciones. Estamos llegando en estos momentos a la colonia, a
velocidad de medio impulso.
El
capitán salió de su oficina y entró al puente, dirigiéndose al primer oficial,
un hombre joven con cabello rubio.
-Número
uno, reporte.-
-Estamos
sobre el sistema Tatsunokuchi, capitán. Con los sensores de la nave, hemos
podido detectar las conmociones sísmicas que afectan al planeta.-
-¿Origen?-inquirió
el capitán.
-Desconocido.
Sigo recabando datos, pero sabemos quizás tanto como los colonos en la
superficie.-
-Timonel,
establezca una órbita baja para poder monitorear los temblores. Necesitamos
encontrar el epicentro de esa actividad sísmica que está afectando a la
colonia.-
-Si,
capitán.-respondió la joven que manejaba los mandos de la nave, propiamente
dichos.
El
capitán se giró a la oficial de comunicaciones.
-Teniente
Hesse, establezca un canal con la colonia.-
-Canal
abierto, capitán.-respondió la teniente al lograr el enlace, apenas unos
segundos después.
-Este
es el capitán Ichinén de la SGI-Daimoku, venimos en respuesta a su pedido de
ayuda.-
La
pantalla de observación cambió la imagen del planeta por la de un hombre de
mediana edad, con lo que parecía un
-Saludos
capitán, soy el director Bloom de la colonia…-
El
hombre quedó mudo al mirarlo en la pantalla. El capitán temió que le hubiera
dado algo, como un ataque o similar, pero solo era desconcierto. El director
balbuceó algunas cosas inentendibles, miró a su costado fuera del campo visual
de la pantalla y se puso a debatir con alguien que no se veía. El capitán
Ichinén lo llamó, para que se explicara.
-Disculpe
capitán, pero no sé como explicarle esto, el epicentro de los temblores es como
un portal... Y en él… Bueno, lo mejor será que baje y lo vea.-
-¿A qué
se refiere?-
-No
sabría como explicárselo.-
-Inténtelo.-
El
hombre se pasó la mano por el mentón y la lengua por los labios.
-Es
que… Usted es el que está allí.-
El
entrenamiento de un capitán de la Flota implica que se esté listo para
cualquier situación y que poco o nada lo sorprenda. En su carrera, varias
circunstancias lo estuvieron a punto de asombrar.
-Numero
uno… ¿Tenemos visual?-solicitó a su primer oficial.
El
mencionado puso la imagen que podían conseguir de las sondas. El portal se
veía, y también el chisporroteo que despedía. La tierra alrededor se removía y
temblaba.
-Magnifique.-ordenó
el capitán, para cuando la pantalla se enfocó, estuvo verdaderamente sorprendido.-Hay
unas criaturas allí abajo, animales. ¿Esos son… gatos?-
-No
son nuestros, capitán.-informó el director, aun en línea.
Delante
del portal había dos animales, felinos domésticos como los llamaban desde
antaño. La imagen de esos dos animales era lo que menos podía esperar el
capitán de una nave estelar. Había sabido de oficiales que los llevaban en su
nave como mascotas, de colonos que los trasladaban junto con ellos para
combatir las plagas de roedores en otros planetas; pero dos animales que
estuvieran ya en el planeta y no pertenecieran a los habitantes, eso era algo inverosímil
por completo.
-Lo
más desconcertante no es eso. Miré dentro del margen del horizonte que tiene el
portal.-indicó Bloom, solo en audio.
El
capitán miraba el lugar del portal abierto, y del otro lado, como si viera por
un espejo celestino algo percudido, había una persona o más de una. El que
primero vio o el que más distinguía era un hombre, que al girarse un poco lo
distinguió bien. Era él mismo, o alguien muy parecido. Allí dentro había un
doble suyo.
-¿Qué
clase de locura es esta?-exclamó casi para sí mismo.
Sin
pensárselo, viendo que la situación no variaba en la superficie, se levantó de
su asiento.
-Timonel,
tiene el puente. Voy a la sala de transportador.-
La
teletransportación y el encuentro en persona con Bloom le tomó menos tiempo que
vestirse esa mañana. Dirigirse al epicentro, donde se encontraba ese portal con
su imagen, apenas demoró un tanto más de tiempo.
Se
aproximaron con cautela, pero el capitán Ichinén no pudo menos que sentirse atraído
hasta el portal resplandeciente y los dos animales. Al llegar, y no viendo
ningún peligro, se aproximó a la mole de piedra que parecía un espejo irreal.
Uno de los gatos, entre gris y blanco, se le acercó.
-Alférez,
indíqueme las lecturas extrañas que le vaya dando su tricorder.-ordenó el
capitán, pero se frenó al ver que era observado atentamente por el felino,
desde su sitio en suelo.
-Ichinén,
o algo parecido, presumo.-expresó el animal, apenas moviendo el labio dividido,
junto con la quijada inferior.
El
sobresalto del mencionado capitán no fue acompañado por el resto de su
tripulación, pero si por el director Bloom.
-El
gato! Le ha hablado!-
-No
estoy alucinando, usted también lo oyó.-
-Bueno,
al menos dos humanos con algo de sensibilidad, no tan pétrea como los que
siempre tratamos. ¿No te parece?-acotó el felino, dirigiéndose a su congénere.
-Si,
al menos, podremos explicarnos correctamente.-repuso la compañera, que por el
tono de su maullido hablado, descubrieron que era una gata.
Explicar
para el gato toda esa situación fue una larga hora. Relatar como se habían
encontrado con su compañero, el guerrero Ichinén. Que este era su versión de
otro mundo, algo que para el capitán Ichinén no sonaba tan descabellado, ya que
había estudiado mecánica cuántica como materia optativa en la Academia de la
Flota. Cuando llegaron a la parte en que temían una trampa de Rokuten para
impedirles el paso, tuvo que contar algo de su último encuentro. Al mencionar a
los Nagas, el capitán de la flota dio un respingo. Conforme iban explicando los
felinos, la desopilante historia iba cobrando sentido, al menos dos oían lo
mismo y no era una invención de su mente. Según los sensores del Tricorder, los
felinos hablaban en una frecuencia que no cualquier oído podía percibir. Ningún
sonido provenía así mismo del otro lado del portal. Donde una mujer y su “reflejo”,
permanecían expectantes, algo alejados de la entrada en ese otro mundo. El
capitán Ichinén con su clásico carácter resolutivo, extrajo su comunicador del
bolsillo.
-Daimoku,
aquí el capitán.-
-Diga,
señor.-
-Necesito
que el señor Malcom intente un transporte de emergencia a través de este
portal. Según nuestros nuevos amigos de cuatro patas, transportar a las dos
personas al otro lado, lo cerrara de forma natural. En caso de fallar, prepare
un par de torpedos para ser detonados en superficie.-
-Si,
capitán.-
El
señor Malcom era el jefe de transportadores, al momento se puso en contacto. Tuvo
que hacer varios ajustes que tomaron un par de minutos, algo agónicos, ya que
los temblores se acrecentaban como si fueran las contracciones de un parto.
-Lo
tengo en la fase que corresponde, capitán.-
-Transpórtelos
cuando esté listo, señor Malcom.-
El
felino macho llamó al otro lado del portal, para que los dos humanos se acercaran
al borde del horizonte eventual. Las dos figuras humanas se frenaron al
sentirse extraños. El transportador de materia los estaba trasladando de un
mundo al otro. La imagen comenzó a formarse de su lado del universo, pero
parecía querer desvanecerse.
-Los
está perdiendo, señor Malcom.-observó el capitán por el comunicador al jefe de
transportación.-Amplifique el haz de flujo de la energía, no se forman
cohesionadamente.-
-Utilizaré
el condensador, capitán. Compensando.-se oyó decir al señor Malcom, mientras
manipulaba controles y apretaba cuanta tecla podía para lograr su cometido.
Lo
que fuera que estuviera haciendo, se descubrió como acertada, ya que las dos
formas lograron total integridad y forma. Al menos la que tenían hasta
entonces.
-Uff.
Por poco y se vuelven polvo de estrellas, amigos.-exclamó la gata a sus compañeros
humanos.
El
portal se cerró o más bien se diluyó, como bien esperaba Teban, el felino guía.
El
capitán se acercó, intrigado por su doble de otro universo o plano de la
realidad, algo que apenas había escuchado en lecciones de la Academia. Referencias
vagas sobre un espejo o una realidad opuesta a la que vivían. Esto era algo
completamente distinto.
-Ichinén,
te presento a Ichinén.-manifestó el felino, algo divertido.-Eso estuvo muy
loco. ¿No es así?-
-¿Te
parece momento para jugar?-le expresó la mujer, que ahora descubrió su rostro
al echarse la capucha a la espalda.
El
capitán Ichinén abrió grandes los ojos y quedó mudo, hecho que solo fue notado
por su contraparte, amigo de esta. El guerrero Ichinén, se vio reflejado en
esos gestos y reacciones. Algo que era muy diferente a su realidad, pero a la
vez demasiado similar para su gusto. Hechas las presentaciones, el capitán no
dejaba de ver a Victoria con cierta curiosidad. Y el guerrero Ichinén no dejaba
de vigilar a este con cierta sospecha.
-Al
menos, los temblores cesaron.-comentó el director Bloom, aliviado de que la
colonia no peligrara.
Como
si quisiera contradecirlo, el pitido de un comunicador intervino en la conversación.
El capitán Ichinén abrió su aparato.
-Capitán,
será mejor que regresen a bordo, estoy detectando que se aproximan al menos
tres naves.-se oyó decir al primer oficial.
-¿Alguna
identificación hasta ahora, señor Maverick?-
-No
estoy seguro, señor. Pero creo que podrían ser Nagas.-
Esto
pareció alarmar a los cuatro visitantes.
-Nagas!-soltó
Victoria con furia.-Esos reptiles siempre son malos en cualquier mundo. No me
fio de lo que vengan a hacer.-
-No
puede confiar en que casualmente estén llegando, capitán, deben estar siguiendo
los dictados de su amo Rokuten.-explicó el felino, saltando sobre una roca para
estar más cerca.
-Subamos
a la nave y veremos que intenciones se traen.-ratificó el capitán Ichinén.-Señor
Malcom, transpórtenos a todos a bordo, excepto al director Bloom. Cuando esté
listo.-
Victoria,
Ichinén y los gatos; experimentaron como sus partículas eran divididas y
trasladadas por el espacio hasta la nave. Para los gatos era algo nuevo, para
los dos humanos apenas. Aunque para ninguno fue tranquilizador.
Ichinén
miró en derredor, casi como si no creyera a sus ojos. El lugar era como nada
que había visto antes.
-Es
como un barco, pero totalmente cerrado, ya que viaja por el vacío del
espacio.-explicó la gata, en tren didáctico.
-¿Cómo
el barco Ku?-inquirió Victoria.
-No
exactamente.-negó Teban.-Ese barco pertenecía al mundo de la latencia
universal, más relacionado con los muertos que con los vivos. Si quieres seguir
vivo en el espacio, se debe viajar en estos vehículos herméticos. O nadie te va
a oir gritar, pidiendo socorro.-
Siguieron
al capitán hasta el puente, los visitantes no podían creer cada nueva maravilla
que veían. Ichinén, el guerrero, se encontró desconcertado al ver a Maverick
vestido con el mismo uniforme que su doble, hablando a lo que parecía un espejo
o pantalla como las que Bonten le mostró en la Luna. Era la versión de su amigo
en ese mundo, claramente. En esta especie de pantalla de comunicación, se veía
a un Naga, que para volver todo más extraño, estaba vestido. Los Nagas son
reptiles y seres muy bajos, por lo que vestirse no entra en sus hábitos y
costumbres.
-Reporte.-expresó
el capitán en forma contundente.
Con
una seña en su cuello, el primer oficial le indicó a la oficial de
comunicaciones que enmudeciera la transmisión.
-Tres
naves acaban de entrar en órbita, todas son Nagas. Están amenazando con abrir
fuego, nos están apuntando a nosotros y a la Kobayashi, a menos que entreguemos nuestra “nueva arma”. No tengo idea a que se refieren.-
El
capitán Ichinén le indicó con un gesto a su primer oficial que él retomaría la
charla. La teniente Hesse habilitó el audio nuevamente a la seña del capitán.
-Bien,
capitán Ichinén, nos vemos de nuevo.-
-Un
gusto, como siempre, Shesha.-
-Espero
que esta vez, no lleguemos a tener que dispararnos. Entregue la nueva arma que
están desarrollando en esa colonia y nos iremos como vinimos.-
-No
tengo idea de que está hablando, capitán Shesha.-
-No
me tome por tonto, capitán Ichinén. El dispositivo sísmico que registramos
desde lejos.-
-Debió
ser fuerte para que lo detectaran desde su mundo. ¿O es que acaso nos
vigilaban?-
-Como
fuera, el arma debe ser nuestra.-
-Lamento
que haya hecho tanto camino en vano, Shesha. No existe tal arma, solo era un
portal de otro plano que se manifestó en la superficie de Tatsunokuchi y que
causaba los temblores.-
-No
me tome por tonto, Ichinén.-
-El
arma que busca no existe. Y de existir, no creo que debiera entregársela. Ya
que supuestamente nos pertenecería.-
-Demasiado
peligro que un enemigo del imperio Naga tenga un arma de esa magnitud.-
-No
la tenemos, se lo aseguro…-
-¿Lo
quiere de la forma difícil? Así se hará, Ichinén.-
El capitán
Naga cortó el enlace abruptamente, y la imagen cambió al espacio y tres naves
que al guerrero Ichinén se le hicieron repulsivas. No había duda que eran de
los Nagas.
-Están
alzando escudos, capitán.-informó el timonel con tono extremadamente alarmado.
El
capitán no se tomó ni un segundo en responder, tal decisión impresionó incluso
al propio Ichinén, al guerrero, claro.
-Escudos arriba! Todos a sus puestos de combate!-
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